sábado, 15 de septiembre de 2012

Delicia casuística ...

Encuentro casuístico, después de tanto tiempo,  con preguntas atropelladas ...
Una invitación para una cena, objetivo ponernos al día ...

En el café .... debajo de la mesa nuestras piernas hablaban y nuestras manos buscaban  el tacto del otro. En el transcurso de la conversación, nuestros ojos atados con unas directas miradas ... tu dedo apartando mi pelo de la cara ...

En el coche, parado, me condujiste a volver a sentir ese deseo que tanto disfrute en aquel concierto ...  Me besaste rozándome, mojando mis labios con tu lengua ... mientras una de tus manos abrazaba mi cuello por delante, sujetándome firmemente con esa suavidad férrea,  tuya propia. Esa pequeña y sutil presión provocaba que tu otra mano que estaba entre mis piernas notase el comienzo de mi excitación.
Esa presión daba como resultado que me pusiese más dispuesta a ti ...

Mi boca esperaba con ansia tu aire ... me volviste a besar para así poder respirar de ti ... Comiendo esos besos que me cegaban.
Mis piernas se abrieron para que tu mano tuviese la libertad de sentir como me mojaba con cada movimiento que hacías.

Sonreías ... disfrutando verme gozar.
Sonreía ... gozando.

En la habitación, no perdiste oportunidad, mi espalda contra la pared.
Tus manos tomaron mis brazos, elevándolos sobre mi cabeza, inmovilizada, notando la dureza  .... de la pared en mi espalda, nos seguimos besando, mis labios deleitándose con tu lengua, tu pierna entre las mías, apretaba mi sexo y mis caderas con su movimiento permitía que diminutos gemidos, quebrasen el velo de silencio que vestía la habitación.

Una mano ataba mis muñecas, y  con la otra, subiendo mi falda, te excursionaste debajo del satén de mis bragas, entre tus dedos mi clítoris, y con una destreza inimaginable, destreza que solo se puede sentir ...  provoco que mis piernas cediesen al placer ....

Soltaste mis muñecas, me cogiste de la cintura dándome la vuelta ... bajándome la braga con la  rapidez y con una exquisita brusquedad hasta el medio muslo,
Sentí, de una vez,... Una sacudida, un escalofrío, que me hizo perderme, regocijarme en esa placentera sensación.
Dios mio! Como lo sentí!
Como me ibas penetrando, lentamente, quedándote quieto, siguiendo, saliendo, entrando ..
Tu polla dura, firme, entraba sin dificultad ...

Las palmas de mis manos abiertas apoyadas contra la pared, mis caderas equilibradas cada lado con tus manos, oscilaban contra ti, pegada a ti, no quería espacio libre ninguno entre nosotros.
¡Me gusta así! Pegado a mi ...  dentro de mi ... ¡entero! Buff!

Mis piernas abiertas, para poder disfrutar más de tu posesión, tus manos acariciando mis nalgas ... un momento  te echaste un poco sobre mi, y dos de tus dedos, mojados por mi excitación, fueron los responsables de hacerme enloquecer, de forma circular suavemente, apretando lo justo, sobre mi clítoris provocó que mi orgasmo se descargase sin piedad, obligándome a doblar mis piernas, a encorvarme entera, a doblar mis brazos contra la pared,  a escuchar mis gemidos que ya subían de nivel, de mojarme entera, notando como el interior de mis muslos ardían ..., mientras tus embestidas eran cada vez más frecuentes, más fuertes, enérgicas ...

Y ya cuando te escuché gemir .... eso fue toda una delicia, un éxtasis para mi oídos ....
Escuchar a un hombre gemir, Dios mio!!! Como me pone ...!!!! Es imposible evitar que una corriente me recorra la piel, erizándome más de lo que estoy, notarte temblar, que me aprietes tanto que incluso me hagas daño ...  Bendito daño!!!!
Ser consciente que estás domado a mi, entregado, que en ese momento eres el macho vulnerable que tanto he provocado ... sometiendo a su hembra que ahora es la que lo domina, dejándose mansa!!!




Casi sin respirar por la fuerza de tu agarre, el movimiento del colgante de mi pulsera, el ruido de la hebilla de tu pantalón en el suelo, mi accidentada respiración, tus gemidos, mojada para tu libertad de goce .... hizo que tu exquisito orgasmo me calentase dentro de mi, más de lo que estaba ...

Me encanto sentirte así, estar así ... a un metro escaso de la cama .... cama que por cierto fue testigo de otro momento ....

¡¡¡¡Como me ha gustado encontrarte de forma casual!!!!

2 comentarios:

  1. un casualidad que me saca una sonrisa, y que ya empieza inquietarme esperándote hasta alcanzar ese momento de gloria, besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿sabes, tomás? Me encanta sacarte una sonrisa ... y que las casualidades muchas veces se pueden buscar ... Un fuerte abrazo y un enorme beso.

      Eliminar