miércoles, 19 de octubre de 2011

Ante mí




Hoy mismo ante el espejo permanecí observándome detenidamente… habían pasado pues unos bien 15 años sin mirarme con atención, estaba ante una desconocida que conocía bien a ratos.
Qué fue del mi de hace años?
Pregunté a la que tenía enfrente, a mi yo, que tal se encontraba, y su respuesta fue rápida y muy sorprendente: cansada pero con calma.

Cansada? No lo dudo, siempre ha estado en una constante lucha interna sobre como hacer, que hacer, cuando hacer; su corazón remendado varias veces y con callosidades de cicatrices que en ocasiones recuerdan que están ahí.
En calma?? Más bien creo, que resignada, resignada al verse así …

Mi yo me miraba con una claridad inmensa, descubriéndome en donde estoy, dándome un golpe de realidad, haciéndome ver que los sueños ya han quedado atrás.

No me puedo quejar a mi yo de nuestra existencia, pero me había hecho otra idea de cómo iba ser pasados 15 años.

Puede decir que he amado, que me han amado, que he llorado, que me han llorado, que he querido y que me han querido. Sinceramente, ahora me siento con calma, con serenidad, un poco cansada pero me siento, me siento viva.

Lo importante es que al recordar los años que se ha vivido sonriamos o lloremos ya que eso significa que hemos estado, que no fueron años vacíos o perdidos. 
Que hagamos reflexión de lo existido, no como recuerdo, no como nostalgia, sino más bien como manual de procedimiento para lo que nos queda a mi yo y a mi vivir.