En ese silencio que me envuelve, es el anhelo de sentir que tus brazos conquistan mi cuerpo y no la invasión de la soledad....
En la absoluta orfandad de la estancia, mi ahogado grito enmudecido por mi tristeza, reclama un Tú, para que sea un Yo. Y formar un Nosotros que complemente y de sentido a nuestro encuentro.
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