lunes, 2 de octubre de 2023

Mientras meriendo, tú lees ...

 

Domingo por la tarde … 

La mesa de la sala con dos libretas, dos rotuladores de marcación, un lápiz 2HB, una goma redonda y un afilador metálico …

 

El portátil con los gráficos, el artículo, el Excel, el buscador echando humo … 


Me levanté, arqueando mi espalda y estirando mi cuello, unos estiramientos, … y mientras comía una mandarina, observé por la ventana …




Una parte de mi casa da a una calle sin salida, como un patio de manzana, con fachadas de edificios de ventanas amplias. Y en una de esas ventanas, algo me llamó la atención.

Eras tú!. Ante tu ordenador y en la pantalla algo me sacudió en mi interior … 

Tú, leyendo mi blog! Instintivamente me escondí, apartándome del campo de visión. De una visión que la única testigo era yo. 

Tú, inmerso en la lectura, con una mano en el ratón y la otra … 

Esta vez, nerviosa, chupando un gajo de mandarina, te examiné …aguantando la respiración, exhalando cuando ya no podía más, soltando el aire despacio, contrario al ritmo de mi corazón … 

Me gustaba la forma de tu mano encima del ratón … 

Me gusta tu espalda, tu modo de sentarte … esa concentración que  me excitaba … 

Sonreí, mientras tomaba otro gajo de mandarina … 

¿Cómo serías?

¿Cómo besas? o lo más importante, ¿Cómo observas, cómo es tu mirada?

y ese ratón cubierto con esa mano, esos dedos … 

No sé, has hecho algo tan maravilloso! 

Ser observado, sin saberlo … Excitar sin mostrarte … Hacer de mi un mar de nervios sin saber que a unos escasos metros estamos … que  somos vecinos …

Qué somos cómplices, tú leyéndome y yo observándote, mientras chupo un gajo de mandarina …




Volveré este domingo a arrimarme a la ventana … para tomar otra mandarina … y después imaginar que esa mano está entre mis piernas, que tu mirada me ordena, que tu cuerpo me doma …