Llevo una temporada que mi cuerpo manifiesta esa inquietud que la mente aúlla...
Estoy en casa recuperándome de un dolor de garganta horrible.
Una vez, bueno... en varias ocasiones he escuchado que el dolor del alma se manifiesta en dolencias corporales. Y creo que va a ser verdad!
Cuando las voces de mi mente me golpean... Cuando mi corazón se encoge ...
Cuando mi ánimo se siente feo, insignificante, pequeño ... Cuando mi voz no es importante, mis palabras infantiles, y mi presencia invisible ... Es ahí donde siempre mi salud se resiente.
Es en ese instante, en ese preciso momento, cuando me pregunto llena de rabia, porque no te encuentro, no apareces, porqué no estás conmigo!
O, tal vez, sea que no valgo para estar contigo, para tenerte, disfrutarte ...
Ya te he confesado que no soy una jovencita, y que me cuido y mi cuerpo ya no es la de la María de 30 años ...
Pero sigo igual que la de 30, soñadora, observadora, reservada, curiosa, deportista, formándome profesionalmente, un poco tímida y un poco payasa también, pero con cicatrices, con heridas de vida ...
Con fantasmas, miedos, pero también llena de ilusiones y esperanzas ...
No soy de preguntar, porque no me gusta que me pregunten ... No soy de insistir porque me parece impropio obligar a decir, a a hacer cuando no se quiere voluntariamente,
Me sincero y cuento todo si ante mi la persona es igual...
No misterios, no dobles vidas, no mentiras, no ocultaciones ...
No quiero sexo (bueno, que es muy rico y dependiente cuando es vicio y entrega, ¿verdad?) Eso viene fácil cuando todo lo que quiero viene rodado ... ¿No lo piensas igual?
Mi querido, huidizo deseo, mi dueño:
No pretendo sentir ese nerviosismo del comienzo, quiero sentir esa calma ante ti...
Quiero esa sonrisa declarante de ser tuya,Quiero esa mirada única,
Quiero esa caricia no tocada pero si rozada ...
Quiero esos juegos que SOLO los sepamos Tú y yo ...
Quiero esa serenidad ante ti ...
Quiero esa tranquilidad en la vorágine de nuestros encuentros ...
Quiero dejarme sin reservas, sin desconfianzas ...
Que cuando follemos sintamos no solo que nos corremos, también que sea nuestra confesión mutua, una desnudez y entrega completa.
Que nuestros silencios sean sinónimos de relajación, comodidad y calma ,,, y no silencios de pena, de separaciones y aislamientos cuando estemos juntos.
Quiero tanto y a la vez tan poco ...